Comunicado de Fundación Libertad – Enero 2021
Desde Fundación Libertad notamos con muchísima preocupación lo que sucede desde el mes de marzo de 2020 con las escuelas en toda la Argentina, y en particular lo que ocurre en la Provincia de Santa Fe. En poco tiempo se cumplirá un año de que las escuelas en nuestro país se cerraron en virtud de la pandemia de COVID-19 para luego no volver a abrir. Se estima que en la Argentina abandonarán la escuela aproximadamente 1 millón y medio de alumnos, para nunca más retornar a la enseñanza obligatoria y finalizar sus estudios. La propia ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero, ha reconocido públicamente el fracaso de este tipo de políticas, y el ejemplo es claro: 40.000 alumnos perdieron el año y han abandonado el sistema educativo en Santa Fe. Ésta es la oportunidad de que Santa Fe se distinga, se diferencie y se separe de las políticas nacionales en esta temática que han sido impulsadas por el presidente Alberto Fernández.
Transitando el mes de enero de 2021, todavía no están claros ni los planes nacionales ni provinciales para el retorno a clases presenciales, herramienta necesaria para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes, y también para su proceso de socialización e inclusión en la sociedad civil. Trabajos académicos y científicos a lo largo y a lo ancho de todo el mundo han desestimado a las escuelas y a los niños escolarizados como potenciales vectores de contagio de importancia en la transmisión del coronavirus. La ciencia también es conteste en que los daños que se le están provocando a esta generación de niños, tanto en lo que refiere a su desarrollo intelectual como a su salud psicológica y psiquiátrica, serán irreparables.
Tras un año con las escuelas cerradas, incluso cuando no existía casi transmisión local del COVID-19 que ameritara las mismas se encontraran en esa condición, ha quedado demostrado que, no obstante, el esfuerzo de muchos docentes por intentar mantener el vínculo pedagógico mediante las nuevas tecnologías, los alumnos en condiciones más vulnerables no sólo no tienen acceso a dichas tecnologías, sino que sus contextos les dificultan también su uso cuando sí las poseen. Los niños, niñas y adolescentes en mayores condiciones de vulnerabilidad requieren de la presencialidad en las escuelas para garantizar su derecho de acceso a la educación y para así tener mejores chances de finalizar sus estudios obligatorios.
Sabido es que no debe obviarse que el mundo se encuentra aún en una pandemia. Sin embargo, deben analizarse los casos de éxito en los países que de una forma más sensata se encuentran sobrellevando este delicado momento: las escuelas siempre han sido en esos lugares lo primero en abrir y lo último en cerrar. Es por ello que el Estado debe presentar protocolos claros y precisos que den cuenta de, tanto en el sector público como en el sector privado, cómo retornar a las clases presenciales de la forma más veloz y segura posible para todos los involucrados.
Por tanto, Fundación Libertad es una voz más que se suma al pedido de tantos alumnos, padres y docentes que claman y bregan por un retorno a la actividad presencial, todo ello en virtud de que si, como tantas veces se ha dicho, los niños son el futuro, entonces es hora de empezar a hacer algo por ellos en el presente: abriendo las escuelas y volviendo a clases.