En el marco de la pandemia, los fondos que el gobierno nacional distribuye entre las provincias se vieron afectados. La cuarentena estricta que se estableció desde mediados de marzo y que se prolongó durante meses afectó fuertemente a la actividad económica y por ende a la recaudación tributaria.
Entre los meses de marzo y julio se vieron importantes caídas en términos reales de las transferencias automáticas, la mayor en el mes de mayo con una disminución del 25% interanual en términos reales.
Las transferencias automáticas obedecen criterios objetivos de distribución que están establecidos por la ley. De esta manera, la participación de cada jurisdicción dentro del total a repartir no puede ser modifica por decisiones políticas del gobierno de turno, como si ocurre con las transferencias discrecionales. A pesar de esto, se ven gran disparidades en la división automática en términos demográficos. Provincias como Tierra del Fuego, Catamarca y Formosa duplican o incluso triplican los montos per cápita que reciben Buenos Aires, CABA, Mendoza, entre otras.