Según datos de las ejecuciones presupuestarias provinciales, en promedio, las mismas destinaron tan solo el 10,5% de su presupuesto a inversión real directa en el ejercicio 2018. Hay grandes disparidades. En Santiago del Estero, esta partida representó el 24% del total de sus erogaciones mientras que en Santa Cruz alcanzó tan solo el 2,8%.

La obra pública es de vital importancia para el desarrollo económico y social de una determinada región. Sin embargo, en nuestro país la falta de inversión en infraestructura y la baja calidad de la existente se han convertido en una verdadera limitante para el crecimiento. En este contexto, es relevante analizar cuánto destinan las provincias a obra pública dentro de sus presupuestos. Para ello, se tomó la partida Inversión Real Directa (IRD) de las ejecuciones presupuestarias provinciales que incluye nuevas obras de infraestructura y la compra de bienes de capital destinado a aumentar o reponer el patrimonio de bienes de capital del Estado.

La participación promedio de la inversión real directa dentro del total de gastos para el conglomerado provincial en 2018 fue del 10,5%. Para el período 2008 – 2018 el mínimo valor se registró en el año 2016 cuando fue del 10,2%, en tanto el máximo se obtuvo en el 2011, con una representación de la obra pública dentro del presupuesto del 15,2%. A pesar de los altibajos que se vieron durante la última década, se ve una clara tendencia hacia la baja siendo la disminución del período – siempre considerando el promedio como referencia- de 4,6 puntos porcentuales.

Como se puede observar en el gráfico anterior, la participación promedio de las provincias en Inversión Real Directa decreció un punto porcentual entre 2017 y 2018 (de 11,5% a 10,5%). Las provincias que mayores disminuciones registraron en su participación fueron Chubut (del 8,3% al 4,4%), seguida por Misiones con una caída de 3,8 puntos porcentuales (de 18,9% a 15,1%) y Chaco con una reducción de 3,3 puntos (11,8% a 8,5%). En cuanto a las subas, se destaca Mendoza, que pasó de un 7% en 2017 a 9,9% para el 2018. Cabe destacar que 17 jurisdicciones disminuyeron su participación durante el período 2017-2018 mientras que las 7 restantes presentaron aumentos.

Por su parte, las jurisdicciones que en el año 2018 presentaron la mayor proporción de IRD en relación a su gasto total ejecutado son: Santiago del Estero (24%), San Juan (21%) y CABA (18,6%). En sentido contrario, las provincias con más bajo porcentaje de inversión fueron Santa Cruz (2,8%), Buenos aires y Tucumán con 3,6% y 3,9% respectivamente. Las brechas entre provincias son significativas. Solo basta ver que la proporción erogada por Santiago del Estero es 8,6 veces más elevada que la de Santa Cruz.

Por otra parte, teniendo en cuenta los montos totales, es importante mencionar que durante el año 2018 el crecimiento de la IRD fue de un 22,7% en promedio, cifra considerablemente menor a lo que fue la inflación registrada durante ese mismo período (47,6%) y a lo que subió el gasto total del consolidado de jurisdicciones (29,3% interanual). Se destacan en este contexto, las variaciones negativas de las provincias de Chubut (-37,1%), Buenos Aires (-16,9%) y Salta (-11,6%), que presentaron las mayores caídas de IRD entre los años 2017 y 2018. En el otro extremo, las jurisdicciones que arrojaron los incrementos más altos fueron Santa Cruz (140,7%), Mendoza (87,6%) y Neuquén (69,7%). Estas últimas junto a San Juan (51,4%), fueron las únicas provincias que crecieron por encima de la inflación, por ende el resto cayó en términos reales. Por su parte, la provincia de Santa Fe evidenció un crecimiento de 34,8%, ubicándose por encima del crecimiento promedio para dicho período.

Otro cálculo que puede realizarse es aquel que toma en cuenta las erogaciones per cápita, es decir, lo que cada jurisdicción destina de sus recursos a infraestructura en relación a la cantidad de habitantes que tiene la misma. El promedio provincial es de $6.960 para el ejercicio 2018, siendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la que se ubica en primer lugar con una IRD pública de $15.387 mientras que en el otro extremo se encuentra la provincia de Buenos Aires con una IRD de $1.231 por habitante. Asimismo, se distinguen en esta variable San Juan, Formosa y Santiago del Estero; las cuales destinaron montos por $14.010, $12.155 y $11.597 por habitante respectivamente. En tanto que Santa Fe presenta un ratio de $5.856 pesos, menor al promedio.

Los datos anteriores no hacen más que demostrar las grandes disparidades que hay entre provincias, incluso entre aquellas de similares características. Por ejemplo, se puede citar el caso de Misiones en el que la IRD ejecutada en 2018 fue de $7.049 por habitante, 2,1 veces mayor que la de Entre Ríos ($3.312 per cápita) o el caso de Neuquén, donde la IRD per cápita fue 2,5 veces superior a la de Chubut ($ 3.203).

En efecto, la IRD tiene una exigua participación dentro de los presupuestos provinciales. Esto contrasta muy bien cuando se advierte que, en promedio, los distritos del interior destinan casi el 50% de su presupuesto a gastos en personal. Por otra parte, como se ilustró, hay una notable heterogeneidad entre las economías subnacionales en cuanto a la prioridad que le asignan a la inversión en obra pública.

Descargá el informe acá:

https://libertad.org.ar/web/wp-content/uploads/2019/10/IRD-PROVINCIAS-2018.pdf